Máquina del tiempo

Autorxs

Manuela Alcalde Echeverría, Paula Barrera, Carolina Branca, Agustín Lewin, María Paz Riva, Ciaro Spinetta, Franco Torini, Rocío Wegman

Del lado malo del tiempo

Yo podría haber estado en el patio. Quizás si lograra dormir por la noche. Quizás, si no me quedara horas releyendo libros viejos, con el único propósito de hacer pasar el tiempo.
Yo podría haber estado en el patio, y no durmiendo.
Yo podría haber estado en el patio. Y es que de ahí no se escucha el timbre, no se escucha nunca. Pero su pitido agudo si se hace notar a dos metros del sillón.
Si yo no hubiera escuchado el timbre, no hubiera sentido nunca que quede del lado malo del tiempo. Que elegí el camino incorrecto ¿Cuál es ese vacío que te hace responder que sí a las preguntas más insólitas?
Me desperté, y sin dar vueltas, abrí la puerta. Pidieron pasar pero me negué, especialmente por el desorden. Se hacen notar dos semanas sin limpiar.

Cuando se fueron creí haber hecho el mejor negocio de mi vida. Esa noche como era de costumbre no dormí, tampoco gasté un peso de la plata que me dieron, la guarde en un cajón antiguo de madera.
Releí un libro entero, uno largo, muy bueno. Las quintas lecturas siempre se me hacen especialmente llevaderas. Esa tarde sí que sali al patio, mire el cajón lleno de plata por un rato, no dormí. Por mucho tiempo no dormí. El quinto día sin dormir no fue como la quinta lectura, no se me hizo llevadero en absoluto.
La pared vacía en donde estaba el dibujo de mi hermano se encontraba a segundos de largarse a llorar.
Volaba fuera de mí todo lo que me dije a mí mismo alguna vez.
¿Para qué habrán querido esas dos mujeres los objetos de mi historia?
3 cuadernos escritos por mi, hasta la última hoja
10 libros, y sus palabras al margen
1 dibujo, el de mi hermano
1 peluche
Y 2 cartas
¿Como habrán sabido ellas lo que yo hace cinco días no noté?
Me ofrecieron una enorme cantidad de plata por objetos que no valen más que para mí. No vacilaron. No entendía nada, pero ¿qué se supone que iba a decir?
Sin embargo, tanto tiempo tarde noté que no se quien ser sin todas esa cosas. Sentía un vacío inmenso, el más grande de todos, no tenía a ninguno de los objetos de mi historia, de mi vida, de mi yo ¿Cuáles son esos objetos que te componen? ¿Qué harias si se van?
Imaginé descuartizado, a mi peluche de la infancia. Javier. Hipopótamo. Tamaño mediano. Azul grisáceo. Ahora, lejos.
En el fondo del vacío, con cinco días sin lograr dormir sobre mi espalda, creí que ver arder el cajón con la plata me devolvería a ese yo que perdí. Pero no fue así, ya estaba yo, en el yo equivocado. Ya estaba yo en el lado malo del tiempo.
Ardía una cajón de madera en el medio de la calle. Yo lo miraba con calma, ya pedido. Aceptando mi propia pérdida. Desde que escuché el timbre, y decidí aceptar venderles a esas mujeres todos mis objetos preciados, se desató una sucesión de hechos inevitables que terminaron acá. No entiendo ni como ni cuando paso. Ni por qué.

Será entonces que así, es como funcionan las cosas, inevitablemente, del lado malo del tiempo.

Mañana, tarde y noche

Momento en el cual se convierte en espectáculo, y parece que no hay nadie pero están todos.
Introducir la silla junto con la ventana que me invita a hipnotizarme a través de ella. Es una máquina del tiempo.
No es un libro de fantasía, pero, sigue siendo divino leer cuando el resto duerme. Lo más bello es la caricia de la imaginación que te da la oportunidad de participar en una locura calmante.

¿Y el eco?

Y si no quiero,
las flores se derriten
en instantes.

y si quiero durar
más que el instante
que un
de repente
dejar de ser finita,
quedar impregnada a los momentos.

¿qué no es un instante?
el tiempo es instante
se reproduce con la mirada

¿y el eco?
es el instante de las voces

la voz
un instante diario
que queda resonando y no se diluye
con el tiempo

Y yo, una voz
no soy.

Los 24 siglos de sal

Mar cuando rompe en la orilla

Brazos cuando tocan a otro

rojo en un cuadro blanco

Caminar cuando no se tiene prisa

Letras cuando escribís una poesía

Hilos cuando se entrañan formando imaginación.

Niña descalza

La niña descalza de vestido rosa ya desgastado solo pide más tiempo para su madre. Entra a la iglesia de pisos cubiertos por una fina capa de agua y sigue su camino hasta el primer banco, ella lo necesita, necesita más tiempo de vida para su mamá aunque esté muerta de hambre, aunque no tenga para vestir. Ella sólo pide que su madre pueda permanezca en este mundo con ella y no la deje aun, si es posible nunca pero que no vaya a venir con el gran señor por el resto de la eternidad, en sus ojos pesa el sueño de la noche en vela pasada entre cuidados y oraciones para su madre.

Los 9 depresivos de la cuarentena

El griterío constante que cansa pero acostumbra.
El aburrimiento que siempre está ahí y no te deja en paz
Los leves sonidos de la ansiada libertad.
La rutina abrumadora que siempre se repite.
Las peleas que paran y vuelven a empezar.
Los caprichos insoportables que siempre se llevan a cabo.
La llamada que promete pero no cumple
Un problema que se resuelve mientras otro se presenta.
Las esperanzas inexistentes en las que uno aún cree.

Días agridulces

Son esos días eternos
cortos
largos
rápidos
son esos dias extraños
en los cuales experimentamos
la tristeza
la ira
la angustia
la felicidad
Y que al final del dia
te vas a dormir con esa sensación
de limón
de sal
de azúcar
es esa sensación
que pasa
tantas veces en la vida
pero que el ser humano
no se da cuenta
y cuando pasa el tiempo
lo siente
cada vez
menos…

La espera

¿Esperaremos sentados la muerte alguna vez?

Esperé que vuelvas
que me quieras
que me escribas

Esperé dejar de esperarte durante unos días

Esperé estar sola
y que me abraces

Soportando mil voces
implorandome que abandone
mi estado expectante

No las escucho
de que ellas son de las que esperan sin deseo
las conozco

Sentadas
inactivas
resignadas
esperando lo esperable

Yo espero lo inesperado
lo espero todo el tiempo

¿Todo el tiempo a la espera?
¿Llegará el momento en el que no esperemos nada más?

Sin mirar al futuro
sin esperar que el tiempo empiece a correr para atrás

Esperar: – Tener esperanza de que se realice algo que se desea
-Creer o saber que sucederá una cosa

¿Esperaremos sentados la muerte alguna vez?

¿Será bueno no esperar nada?
ni del tiempo
ni de vos
ni siquiera de las voces que no me dejan descansar

Tampoco es buena la espera contaste
pero a pesar de eso yo
todavía te espero

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