Mosquito de mi corazón

Autorxs

Franco Torini, María Paz Riva, Mora Piazolla, Martín Meschiany, Alma Fortunato, Olivia Espeche

Cuelgo mi campera

Cuelgo mi campera sobre el velador prendido porque el armario es un sótano para ella y no siente nada. Llora cada vez que la guardo. Luego, en el momento que abro el placard le amago y salgo con otra. La dejo en el velador para que piense que la sigo amando y que no la rifare a un chico que la maltrate. Ella espera que la invite a salir, sin embargo, yo le contesto que hace calor. Me enamoré de ella en el momento que la compré, no me aburrí de ella pero fue reemplazada por mi conciencia. Quizá, tengo que refutar esa química que me decían la pareja perfecta. Ella solo quiere volverme a abrazar con sus eternas mangas y demostrarme que todavía no me queda chica.

Los ignoré

-LOS IGNOré
hasta que el agua los llevó- }
Siento el edificio rotundo pesado tapándose el Aura que mis lágrimas formaron
Que los besos formaron
¿Y si me distraigo y lo echo a perder?
Se me enredan los pies
Se me queman las gotas
Se me acaba el tiempo
Me cansa el delirio
Me tiembla el cansancio mañana no duermo
El edificio me tapa

Un poema una vez

Vacaciones de invierno:
un poema una vez
fue
el ayuno de los que no respiran
un poema alguna vez
me dejó las palmas enterradas en chocolate
un verso siempre
tentó a los débiles de pecar con las palabras
¿acaso son los escritores
los dioses ciegos que imaginan los romances?
¿será por eso que lo que queda de un poema es decadencia?
¿o en algún momento las oraciones escritas harán que el agua de los ríos se diluya en vino?
¿quien espolvorea el azar?
¿en donde desemboca la suerte de los que ya no respiran?
¿cuanto más nos resistiremos a bailar con la fortuna que pasea en la brisa?
¿cuanto falta para que el aroma de las flores asalte nuestras narices?
¿cuán larga será la distancia entre dos mejillas a punto de besarse?
¿quien dará el último bocado?

Entierro los dedos en un sol rugoso

Entierro los dedos en un sol rugoso
sumerjo la piel en un frasco de sed
me veo a través de un reflejo lejan
osostiene mi peso en un frío cesar
que sonroja mi pecho
y me envuelve con gas.
olor del agua procesada
empalaga el sonido libre, empalaga y choca,
choca en la mezcla homogénea de mi piel y la erupción de la tierra
intercambian suspiros satelitales
mientras juegan
y se envuelven en mares.

Poema de amor a un mosquito

Mosquito de mi corazón:
Amo tu figura tan recta y angostita, esa presencia que tienes cuando te posas sobre una pared que hace que si te ve uno te vean todos y empiecen a aplaudir por la majestuosidad que nos transmites.  Esas vibraciones que me susurras en el oído mientras duermo que me hacen querer acariciarte en mi oído pero huyes cada vez que lo hago.
Cada vez que hace calor o hay humedad, espero con ansias tus visitas tan inesperadas y mágicas.

Enjuago mi piel

Enjuago mi piel
con lavandina,
desarmo el almíbar
de las mandarinas,
abro capullos
con mis manos,
revisó si las nubes
de mi cajón
todavía no se desintegraron,
unto las  moras
cómo manteca
y se las
entregó a la tierra.
despierto miradas
con el sueño de
la mañana
y desperdicio
soles
que descansan en mi terraza.

Cuentarezos

Encontré esta carta
en el interior de la tierra
en un parche de un tambor
estaba escrita
en las curvas de las letras
se acurrucaban plegarias
al sacarle los gusanos
de entremedio
se destaparon
sobre mis oídos
los rezos
de un templo entero
algunos eran socorros,
veía las mandíbulas
gritándole al papel
se me empezaron a pegar
como moscas al parabrisas
debajo de mi lengua
en el paladar
conquistaron mis cuerdas
las hicieron una maraña
y desde ahí soy yo quien los canta
con palmas y una guitarra

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